Pingüécula y Pterigio: Dos Afecciones Oculares Relacionadas con la Exposición al Sol
La pingüécula y el pterigio son dos afecciones oculares relacionadas que afectan la conjuntiva debido a la exposición prolongada al sol y otros factores ambientales. Los síntomas pueden incluir irritación ocular, picazón, enrojecimiento y sensación de cuerpo extraño en el ojo. Los cuidados primarios se enfocan en proteger los ojos de la exposición al sol y mantenerlos lubricados con lágrimas artificiales. El oftalmólogo puede recurrir a tratamientos quirúrgicos si la afección causa molestias significativas o afecta la visión del paciente. La detección temprana y el tratamiento adecuado son fundamentales para prevenir complicaciones y mantener la salud ocular en personas con pingüécula y pterigio.
Definición
La pingüécula y el pterigio son dos afecciones oculares relacionadas que afectan la superficie del ojo, específicamente la conjuntiva, debido a la exposición prolongada a los rayos ultravioleta del sol y a otros factores ambientales. Ambas afecciones se caracterizan por el desarrollo de crecimientos o elevaciones en la conjuntiva, pero tienen características distintas. La pingüécula es un pequeño engrosamiento amarillento o blanco que generalmente se ubica en la parte blanca del ojo cerca de la córnea, mientras que el pterigio es un crecimiento más prominente que puede extenderse sobre la córnea y afectar la visión si no se controla adecuadamente.
Síntomas
Los síntomas de la pingüécula y el pterigio pueden variar, pero en general, los afectados pueden experimentar una sensación de cuerpo extraño en el ojo, enrojecimiento ocular, irritación, picazón y ardor. En el caso del pterigio, que es más prominente, puede causar visión borrosa si se extiende hacia el centro de la córnea. Es fundamental que las personas que experimenten síntomas o noten cambios en la apariencia de sus ojos acudan a un oftalmólogo para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
Cuidados primarios
Los cuidados primarios para la pingüécula y el pterigio implican medidas para aliviar los síntomas y prevenir su progresión. Se debe evitar la exposición prolongada al sol y proteger los ojos con gafas de sol que bloqueen los rayos ultravioleta. Además, es importante mantener los ojos lubricados con lágrimas artificiales para reducir la irritación y la sequedad. En caso de irritación persistente o enrojecimiento ocular, es fundamental evitar el uso de gotas oculares que contengan conservantes, ya que pueden empeorar la afección.
Consulta al oftalmólogo
El oftalmólogo cuenta con varios tratamientos disponibles para la pingüécula y el pterigio, dependiendo de la gravedad y el impacto en la visión. En casos leves, los cuidados primarios y el uso de lágrimas artificiales pueden ser suficientes para aliviar los síntomas y prevenir la progresión. Sin embargo, si la pingüécula o el pterigio causan molestias significativas, afectan la visión o interfieren con la comodidad del paciente, el oftalmólogo puede considerar la opción de la cirugía para eliminar el crecimiento. La cirugía para la pingüécula y el pterigio generalmente implica la extirpación del tejido afectado y la reconstrucción de la conjuntiva para evitar recurrencias.